Durante los períodos de dictadura en Argentina, fueron prohibidos muchos tangos, incluso a algunos se les exigió modificar la letra si querían ser tocados. Acá les damos a conocer una lista de 20 tangos que fueron prohibidos por las dictaduras militares en Argentina.
En esta ocasión, el editor y escritor chileno Alejandro Lavquén nos da su reseña del libro Conversemos de tango de Lázaro Wisnia Gurovich.
Seguimos celebrando esta semana de San Valentín con la canción “Sus ojos se cerraron” compuesta por Carlos Gardel y Alfredo Le Pera.
Desde sus orígenes como cantante folclórico, Gardel fue siempre un artista de guitarra, como el único instrumento que lo acompañara.
Paso a paso el tango ocupó su lugar entre los géneros musicales, con sus letras y poemas, con sus melodías arrabaleras y de salón.
Magali Saikin, autora del libro “Tango y género” (Identidades y roles sexuales en el tango argentino), se mete de lleno en un tema espinoso y revisa historias, letras y modismos para arribar a conclusiones que enardecerán a más de un dogmático.
“Chorra! Vos, tu vieja y tu papá… Cuando me afila una mina, me pongo al lao ´el botón”.
En las primeras décadas de 1900 no había radio y el cine era mudo, así que el teatro, la única otra entretención, era muy popular.
Bastan aquí, para botón de muestra, los siguientes versos populares: “Canfinfle, dejá esa mina! ¿Y por qué la voy a dejar? Si ella me calza y me viste. Y me da para morfar…”.
El tango sufrió la censura y el desdén, pero sobrevivió, porque el tango “es bravo, es fuerte, tiene algo de vida, tiene algo de muerte”.
Existe una historia, o leyenda, que el 1 de febrero de 1924, por iniciativa del entonces embajador argentino ante el Vaticano, don García Mansilla, que el famoso bailarín Casimiro Aín bailó ante el Papa Pío XI.
Para 1880 solo eran aceptados, por la sociedad, bailes sin roce corporal. Sin embargo, el tango, poco a poco, evolucionó hacia un abrazo de la pareja, tal como se baila hoy.
El lunes 14 de diciembre Estrofas del Sur, a través de su Facebook Live, le realizó una entrevista a Lázaro Wisnia Gurovich, autor de Conversemos de tango tomos I, II y III.
Hoy queremos contar sobre un tango con humor, ¡Atenti pebeta! (1929), con música de Ciriaco Ortiz y letra de Celedonio Flores.
El coleccionista Ángel Olivieri comentó sobre una carta que José Razzano le enviara a Francia a Carlos Gardel que exponía datos interesantísimos sobre el vínculo amistoso y comercial que rondaba tras la eminente figura artística de Gardel.
Sus etapas y otras yerbas: Desde lo popular a lo docto, una música que vence el paso del tiempo.
El libro Conversemos de tango (tomo II) nos cuenta al respecto que “el tango es una síntesis dramática de la vida porteña, y de cualquier experiencia humana en las grandes urbes del mundo”.
El eximio y popular músico y poeta, Ángel Gregorio Villoldo, nacido en el barrio de Barracas, en el sur de Buenos Aires, el 16 de febrero de 1861, es uno de los pioneros del tango.
En sus inicios, el tango fue interpretado con instrumentos tales como arpa, violín y flauta, que con el paso del tiempo fueron siendo reemplazados por otros.
El tango puede ser bailado de muchas maneras, desde el estilo arrabalero hasta los estilos de salón y competencia. ¿Qué nos dice el libro Conversemos de tango?
Tres tomos y una sola historia: Conversemos de tango.
Los primeros tangos carecían de letra, eran solo música y se considera que las primeras composiciones datan de alrededor de 1874, y quizás antes.
Los organitos callejeros fueron sin duda grandes difusores del tango, su presencia ambulante por los diferentes barrios fueron un atractivo que se ganó el cariño de la gente.
Muchos se habrán percatado al escuchar el tango “Tiempos viejos”, de Francisco Canaro y Manuel Romero, que en una de sus estrofas dice: ¿Te acordás, hermano, la rubia Mireya,/ que quité en lo de Hansen al loco Cepeda?
Edmundo Rivero fue además compositor y fundador, en 1969, del legendario “El Viejo Almacén”, tanguería ubicada en el barrio de San Telmo.
¿Qué es el tango? Pregunta el autor Lázaro Wisnia Gurovic en su libro Conversemos de tango.
El bandoneón le dio al tango el sello definitivo. Instrumento sentimental, pero dramático y profundo, a diferencia del sentimentalismo fácil y pintoresco del acordeón.
La versión más conocida es la de 1946 con letra de Enrique Santos Discépolo, a pedido de Libertad Lamarque, que quiso cantar este tango en la película mexicana Gran Casino”.
Cuando leemos el libro Conversemos de tango, del Dr. Lázaro Wisnia, no solo podemos enterarnos de los pormenores de la historia del tango, también podemos escuchar la letra y música de gran cantidad de composiciones. Esto gracias a los códigos (o iconos) QR que incluye el libro Conversemos de tango.
En un principio, los músicos iban tocando bodegón por bodegón, pues principalmente se tocaba en los arrabales y prostíbulos, sin partitura ni organización musical, simplemente se tocaba, digamos, de corazón, de memoria.
Además, los(as) lectores(as) podrán “escuchar la música en el texto” de casi todos los tangos que aparecen en el libro, gracias a los QR Iconos que se incorporan en sus páginas.
“Del barrio La Mandiola sos el más rana/ y te llaman Garufa por lo bacán;/ tenés más pretensiones que bataclana/ que hubiese hecho suceso con un gotán”.
Grandes voces que compartieron, y continúan haciéndolo, el afecto de los amantes del tango, cada uno en su propia expresión.
En 1967 comienza su trabajo con el poeta Horacio Ferrer, dando a luz notables creaciones.
Nacido en La Piedras, Uruguay en 1926, desarrolló una destacada carrera como cantante, principalmente en Buenos Aires, donde falleció en un accidente automovilístico en 1964.
Este es un homenaje a todas las cantantes del tango que nos cautivaron con su voz.
En la poética del tango, son muchas las mujeres que han quedado inmortalizadas en sus letras, entre ellas Malena, Grisel, Margot y, por supuesto, la mítica rubia Mireya. Pero, ¿realmente existió o solo fue parte de la imaginación del autor del tango Tiempos viejos?
Sobre la letra de La Cumparsita y sus derechos hubo bastante controversia en su momento. Matos Rodríguez vendió los derechos a Breyer Hnos. y luego quiso revertir la venta.
Se trata pues, del estilo más antiguo del baile del tango, y una de sus bellezas es el estilo inicial. Pero más que hablar del tango canyengue, debemos bailarlo. Sin duda.
“El médico Lázaro Wisnia Gurovich, de origen argentino y cuna chilena, residenciado hace muchos años en Estados Unidos, es uno de los investigadores más versados con que cuenta actualmente el tango; si Borges, Cortázar o Sábato vivieran, estarían muy complacidos con la aparición de Conversemos de tango, libro que, estoy seguro será de consulta obligada entre los estudiosos y aficionados de este popular aire rioplatense a lo largo y ancho del universo”, destacan.
Evidentemente Gardel bailaba el tango a la manera de donde se crió, recorriendo las calles del Abasto, con ese estilo arrabalero que baila el pueblo. Esto antes de que el baile del tango se “institucionalizara”, por decirlo de alguna manera.
Carlos Gardel siempre regresa cada 24 de junio para seguir cantando “sin penas ni olvidos”.
Carlos Gardel fue un hípico entusiasta y forjó amistad con el famoso jinete uruguayo Irineo Leguisamo, que le corría su caballo “Lunático”.
Una de las característica del libro Conversemos de tango, del Dr. Lázaro Wisnia Gurovich, es la cantidad de información sobre el tango en una sola obra, en este caso dividida en tres tomos con la información muy bien distribuida.
El tango viene de los arrabales, muchos de los cuales, con el paso de los años, darían vida a los barrios de Buenos Aires.
Haciendo un poco de historia, habría que decir que, antes de la versificación del tango de Samuel Castrioto “Mi noche triste” (llamado originalmente “Lita”) por Pascual Contursi, el tango era sólo melodía arrabalera.
Cuando se filmó la película “El día que me quieras” (1935), entre el elenco nos encontramos con un chileno, el afamado compositor Francisco Flores del Campo, que interpretó el papel de yerno de Carlos Gardel en la cinta.
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