EL LOCO CEPEDA Y EL TANGO

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EL LOCO CEPEDA Y EL TANGO

Muchos se habrán percatado al escuchar el tango “Tiempos viejos”, de Francisco Canaro y Manuel Romero, que en una de sus estrofas dice: ¿Te acordás, hermano, la rubia Mireya,/ que quité en lo de Hansen al loco Cepeda? Pero que en otras versiones el segundo verso se canta: que quité en lo de Hansen al loco Rivera? Entonces surge la pregunta ¿Qué pasó, Cepeda o Rivera?

La razón del cambio radica en que Carlos Gardel solicitó a los autores hacerlo, a lo que accedieron. La alusión en la letra era al poeta Andrés Cepeda (1869-1910), amigo de Gardel y que en su primera grabación, en 1912, junto a Razzano, había grabado algunos de sus poemas musicalizados. Entre ellos “Pobre madre”, “La mariposa” y “Yo sé hacer”. Cepeda había perdido la vida dos años antes en una riña en el Paseo Colón, frente al café La Loba Chica, y Gardel le tenía gran estima y admiraba su poesía, y quizás también le causaba solidaridad su trágica existencia. Andrés Cepeda escribió la inmensa mayoría de sus poemas en la cárcel, hasta donde llegó en varias oportunidades acusado de diferentes delitos, riñas, hurtos, ebriedad. Aunque se cree que la verdadera razón por la que fue víctima de la persecución de la policía obedeció a su condición de anarquista y homosexual. Se le llegó a conocer como “El divino poeta de la prisión”.

En todo caso, la vida de Cepeda está rodeada de pasajes oscuros y mitos, tanto en relación a su condición como de las razones que lo llevaron a la muerte. Incluso no se sabe el nombre de su asesino, pues en su agonía, cuando la policía le preguntó quién lo había herido de muerte, se negó a decirlo,  porque como lo cuenta parte de la leyenda, Cepeda podría haber sido un “bufarracho”, pero no un “batidor”, como bien lo cantan en un tango que inspiró: “Sangre maleva”.

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CANTANDO CON EDMUNDO RIVERO

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CANTANDO CON EDMUNDO RIVERO

Edmundo Rivero

Malena

Sur

Yuyo Verde

Uno de los intérpretes más notables del tango es sin duda Edmundo Rivero, cantó como solista y en orquestas, dejando una impronta imborrable en la historia del tango. Con la orquesta de Aníbal Troilo grabó tangos inolvidables. Edmundo Rivero fue además compositor y fundador, en 1969, del legendario “El Viejo Almacén”, tanguería ubicada en el barrio de San Telmo.

Acá les dejamos 3 QR con algunas de las más famosas interpretaciones de Edmundo Rivero: “Sur”, Yuyo verde” y “Malena”.

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¿QUÉ ES EL TANGO?

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¿QUÉ ES EL TANGO?

¿Qué es el tango? Pregunta el autor Lázaro Wisnia Gurovic en su libro Conversemos de tango. 

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EL BANDONEÓN DE LA MANO DEL TANGO

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EL BANDONEÓN DE LA MANO DEL TANGO

En la foto: Músico argentino Osvaldo Piro, bandeonista (Orq. típica), durante su actuación en un festival. Año 1972.

El bandoneón y el tango van de la mano, sin duda alguna. Acá compartimos la apreciación de dos visiones: “Óscar Zucchi, historiador e investigador argentino, especializado en el tango y dentro de ese campo en el bandoneón, y autor de una gigantesca historia bandoneonística del tango, editada por la editorial argentina Corregidor, explica que, hasta su advenimiento, en la segunda década del siglo XX, los bandoneonistas tenían tendencia a remedar con el instrumento al organito ambulatorio y a la flauta, gradualmente desplazada de los primitivos cuartetos”.

Por su parte, Gustavo Varela, filósofo y músico, dice: “el bandoneón produce necesariamente una escucha tanguera. Lleva para un lado que tiene que ver con el tango. Pero es un enorme misterio que el bandoneón sea el instrumento del tango. Es complejo, caro, muy raro y difícil de tocar (tiene cuatro teclados). Pesa siete kilos: ¡Hay que tocarlo colgado! Inventado en Alemania, en el siglo XIX, efectivamente con él se llevaba música a las procesiones religiosas. Tiene un sonido de una profundidad y unos graves extraordinarios, permite un bajo continuo que predispone a la religiosidad. Me fascinaba escuchar a Ernesto Baffa tocando Bach con el bandoneón. Al parecer, llegó durante la Guerra del Paraguay, traído por José Santa Cruz, un negro que tocaba en los momentos en que descansaban de la batalla. Podría haber sido otro instrumento, podría haber sido el acordeón o piano que es más fácil y, sin embargo, para el tango quedó el bandoneón”. “El tango —insiste Varela— tiene algo excepcional: es un ritmo sin instrumentos rítmicos. El único instrumento percusivo es el piano, que es más bien melódico que percusivo. La mano izquierda toca la base rítmica. El primer tango, “El Entrerriano”, fue compuesto arriba de un piano. Su presencia motorizó al tango”.

El bandoneón le dio al tango el sello definitivo. Instrumento sentimental, pero dramático y profundo, a diferencia del sentimentalismo fácil y pintoresco del acordeón, terminaría por separarlos para siempre del firulete divertido -del tango reo y alegre- y de la herencia candombera.

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TANGO “EL CHOCLO” Y SUS 4 VERSIONES

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TANGO “EL CHOCLO” Y SUS 4 VERSIONES

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Algunos tangos famosos no solo han tenido una versión en su letra. En el caso de “El Choclo” existen 4 versiones, unas más conocidas que otras. En el libro Conversemos de tango, se nos explica que: “De las cuatro versiones, las dos primeras en 1903 (o tal vez 1898) y la de 1905, llevan música y letra de Ángel Villoldo. Las dos versiones posteriores mantienen la música original de Villoldo, pero la letra cambia. En 1930 la letra es de Juan Carlos Marambio Catán. Finalmente, la versión más conocida es la de 1946 con letra de Enrique Santos Discépolo, a pedido de Libertad Lamarque, que quiso cantar este tango en la película mexicana Gran Casino”. “El choclo” es uno de los tangos más populares y ha sido grabado por infinidad de intérpretes.

Acá les dejamos la primera estrofa de cada versión, ¿con cuál se queda usted?

EL CHOCLO (I)

(1903 ó 1898).

Letra y música: Ángel Villoldo

De un grano nace la planta

Que más tarde nos da el choclo,

Por eso de la garganta

Dijo que estaba bichoco.

Y yo como no soy otro

Más que un tanguero de fama,

Murmuro con alborozo

Está muy de la banana.

EL CHOCLO (II)

(1905) 

Letra y música: Ángel Villoldo

Oíme china, que tengo mucho que hablarte

De una cosa que a vos no te va a gustar,

Largá el rollo, que aquí te escucho y explicate

Lo que pases

… no es tontera

Pues te juro que te digo la verdad.

Dame un beso, no me vengas con chanela

Dejate de tonteras, no me hagas esperar.

EL CHOCLO (III)

Música: Ángel Gregorio Villoldo (1903)

Letra: Juan Carlos Marambio Catán (1930)

Vieja milonga, que en mis horas de tristeza

Traes a mi mente tu recuerdo cariñoso,

Y encadenándome a tus notas dulcemente

Siento que el alma se me encoge poco a poco.

Recuerdo triste de un pasado que en mi vida

Dejó una página de sangre escrita a mano,

Y que he llevado como cruz de mi martirio

Aunque mi carga infame me llene de dolor.

EL CHOCLO (IV)

(1946)

Música: Ángel Gregorio Villoldo

Letra: Enrique Santos Discépolo

Con este tango que es burlón y compadrito

Se ató dos alas la ambición de mi suburbio,

Con este tango nació el tango, y como un grito

Salió del sórdido barrial buscando el cielo.

Conjuro extraño de un amor hecho cadencia

Que abrió caminos sin más ley que la esperanza,

Mezcla de rabia, de dolor, de fe, de ausencia

Llorando en la inocencia de un ritmo juguetón.

Por tu milagro de notas agoreras

Nacieron sin pensarlo, las paicas y las grelas,

Luna de charcos, canyengue en las caderas

Y un ansia fiera en la manera de querer…

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LEYENDO Y ESCUCHANDO TANGO

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LEYENDO Y ESCUCHANDO TANGO

Cuando leemos el libro Conversemos de tango, del Dr. Lázaro Wisnia, no solo podemos enterarnos de los pormenores de la historia del tango, también podemos escuchar la letra y música de gran cantidad de composiciones. Esto gracias a los códigos (o iconos) QR que incluye el libro, los cuales basta que el lector los escanee con su celular para poder escucharlos. Sin duda una novedad y aporte para el lector. En esta ocasión les dejamos 2 de los QR para que puedan oírlos. Se trata de los tangos “El choclo” y “Caminito”.

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LAS ORQUESTAS DEL TANGO

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LAS ORQUESTAS DEL TANGO

Un papel fundamental en el tango es el que juegan las orquestas u orquestas típicas. En el caso de Argentina y Uruguay, las primeras orquestas tangueras fueron evolucionando de acuerdo con sus necesidades, pero en general se componían, en principio, de guitarra, flauta y violín. Luego el violín dio paso al bandoneón. También se utilizó el término “Orquesta típica criolla”, dado por el bandoneonista Vicente Greco en los primeros años del tango. Más adelante fueron incorporados otros instrumentos, llegándose a contar juntos guitarra, flauta, violín, bandoneón, piano, viola, contrabajo y violonchelo. Astor Piazzolla incorporó la guitarra eléctrica. Además de las grandes orquestas han existido —y existen— cuartetos, sextetos y octetos.

En un principio, los músicos iban tocando bodegón por bodegón, pues principalmente se tocaba en los arrabales y prostíbulos, sin partitura ni organización musical, simplemente se tocaba, digamos, de corazón, de memoria. Los músicos iban, como se decía, “rodando”, razón por la que era imposible usar el piano, que obviamente no es un instrumento portátil. Uno de los primeros cuartetos de principios del siglo XX estuvo formado por destacados músicos: Vicente Greco, Francisco Canaro, Prudencio Aragón y Vicente Pecci.

Entre las orquestas típica de mayor fama podemos contar las de Francisco Canaro, Hugo Di Carlo, Juan D’Arienzo, Alfredo de Ángelis, Miguel Caló, Mariano Mores, Osvaldo Pugliese, Ricardo Tanturi, Aníbal Troilo, Horacio Salgán. Y entre los octetos el más famoso fue, sin duda, el de Astor Piazzolla. Hoy el tango se ha diversificado y diferentes grupos imponen su sello melódico. Podemos escuchar incluso tangos en versión rock, lo que no quita que las versiones de las orquestas típicas sea las más aplaudidas por el público tanguero.

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CONVERSEMOS DE TANGO, UN LIBRO QUE DEBES LEER

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CONVERSEMOS DE TANGO, UN LIBRO QUE DEBES LEER

Toda la narrativa histórica del tango argentino en tres tomos (en español). Los volúmenes I y II tratan de los orígenes del tango, su trastienda social y su época de oro, la pasión del baile y la poesía conmovedora del tango-canción. Por su parte, el volumen III contiene las letras completas de los tangos más conocidos, incluidos comentarios y anecdotarios junto a un breve diccionario lunfardo, la jerga picaresca del arrabal, la cual está integrada en muchas de las letras de tangos y milongas.

Además, los(as) lectores(as) podrán “escuchar la música en el texto” de casi todos los tangos que aparecen en el libro, gracias a los QR Iconos que se incorporan en sus páginas.

 

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EL HUMOR EN EL TANGO

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EL HUMOR EN EL TANGO

Si bien la mayoría de los tangos son más bien tristes, melancólicos y con tonos dramáticos cuando de amor se trata, también muchos de ellos incorporan el humor en sus letras. Sobre este tema, el Dr. Lázaro Wisnia explica que: “Como ya se ha mencionado, el tango es el reflejo de la vida del arrabal, de los barrios pobres y de esa vida de miseria. En las primeras décadas del tango, en el ámbito del Río de la Plata, todo era miseria, pobreza y mucho sufrimiento, como para llenar enciclopedias. Pero también hay un sabor distinto al del “arrabal amargo” tan típico del tango. La prehistoria del tango está llena de versos picarescos, muchos de ellos burdos y sin calidad. Pero luego, las letras de humor marrullero florecieron allá por los años 80. Efectivamente, en sus comienzos en realidad el tango fue más bien un canal del humor popular, con los chistes y anécdotas propios de la época, con mucho lenguaje procaz, que en parte persistió con ese sentido del humor en las décadas posteriores, paralelamente a la tragedia de la vida, por decirlo de alguna manera. Un poco por sus orígenes, un poco por sorda repetición, el público se fue haciendo la idea de que el tango es sinónimo de tristeza, melancolía, dolor, frustración”.

Lo anterior queda demostrado en letras de tangos muy populares escritos por grandes autores, donde se caracterizan personajes de la vida cotidiana resaltando sus defectos y modos de convivencia, o la picardía de otros tantos, como, por ejemplo, en el tango “Garufa” (de Roberto Fontaina y Juan A. Collazo), que narra la vida, a modo de sorna, de un joven dado a los placeres de la jarana: “Del barrio La Mandiola sos el más rana/ y te llaman Garufa por lo bacán;/ tenés más pretensiones que bataclana/ que hubiese hecho suceso con un gotán”. Otros casos son los tangos “Al mundo le falta un tornillo” (de Enrique Cadímaco y José María Aguilar); “El hipo” (de Enrique Alessio y Reinaldo Yiso). Y así muchos más. Acá les dejamos con el tango “No es por hablar mal” (de Manuel Romero y Enrique Delfino) en la voz de Tita Merello:

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EDMUNDO RIVERO Y ROBERTO GOYENECHE, DOS LEYENDAS

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EDMUNDO RIVERO Y ROBERTO GOYENECHE, DOS LEYENDAS

En la foto: De izquierda a derecha, Roberto Goyeneche (1926-1994) y Edmundo Rivero (1911-1986). 

Edmundo Rivero (1911-1986) y Roberto Goyeneche (1926-1994), son dos de los cantantes más significativos de la historia del tango, tanto por sus modos escénicos como por sus peculiares voces y estilos de interpretación. Cada uno dejó su sello personal en tangos que en sus voces alcanzaban la máxima expresión. Ambos trabajaron con grandes músicos y directores, entre ellos Horacio Salgán, Astor Piazzolla y Aníbal Troilo, manteniendo con este último un vínculo muy especial. Con Troilo (“Pichuco”) Rivero (el “Gaucho”) y Goyeneche (el “Polaco”) conquistaron grandes éxitos. Sobre esta relación, Eduardo Berti, ha señalado en la versión online de  revista Caras y Caretas: “El nivel de los cantores de Troilo es siempre muy alto, pero ellos dos llegan a conquistar un estatus mayor. En cuanto se habla del posible heredero de Gardel aparecen, casi siempre, los apellidos de Rivero y Goyeneche” (…) “Goyeneche es símbolo de porteñidad. Rivero es lunfa, reo, barrial, pero también un “cantor nacional” (…) “Troilo, al tomar a Rivero, hace que el tango adopte a un cantor que parte del público tanguero no estaba dispuesto a recibir. El gesto osado de fichar a ese cantor con fama de feo y con voz muy grave marca un antes y un después en la noción de vocalista de tango. Con Rivero, recluta a un cantor nada típico para una típica. Alguien que es, además, guitarrista, letrista y compositor” (…) “Rivero es el cantor que corona la década del 40 de Troilo. Goyeneche, el cantor que sobresale en la década del 50 de Troilo. Rivero y Goyeneche versionan los tangos con tanta identidad que luego de sus versiones sus colegas de canto hacen un paréntesis de impotencia y admiración. Homero Expósito le decía al Polaco: “No me cantés más tangos así, tan bien, poniendo los puntos, las comas y los silencios, porque después nadie más me los interpreta”. Rivero fascina más a los tradicionalistas; Goyeneche, a los progresivos y a los jóvenes”.

Grandes voces que compartieron, y continúan haciéndolo, el afecto de los amantes del tango, cada uno en su propia expresión, porque más allá de si uno u otro fue mejor, asunto por lo demás inconducente, han sido parte de la expresión máxima del tango. Voces inolvidables que no cesan de cantar.

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