LOS INSTRUMENTOS MUSICALES DEL TANGO

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LOS INSTRUMENTOS MUSICALES DEL TANGO

En sus inicios, el tango fue interpretado con instrumentos tales como arpa, violín y flauta, que con el paso del tiempo fueron siendo reemplazados por otros. En el libro Conversemos de tango, sobre el tema, se cuenta lo siguiente:

“La melodía provenía, en sus inicios, de modestos tríos compuestos por un conjunto de arpa, violín y flauta, a veces con el agregado del acordeón, que procedía de Italia, o de un mandolín. Pero no siempre fue así, en general, en la realidad en que se vivía, el conjunto se formaba como se podía, es decir, con la cantidad de músicos que se tuvieran a mano, incluyendo arpistas, mandolinistas, acordeonistas e intérpretes de otros instrumentos, luego desterrados para siempre del tango”.

Al respecto, se puede decir que en un principio estaban el arpa, violín, flauta. Luego fueron guitarra, violín y flauta. Posteriormente se incorporaron, piano y bandoneón. Actualmente algunos grupos incluyen percusión e incluso guitarra eléctrica. En todo caso, el ritmo del tango es siempre reconocible sean cuales sean los instrumentos con que se le interprete.

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LOS ORGANITOS CALLEJEROS

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LOS ORGANITOS CALLEJEROS

14 octubre_lázaro wisnia

Los organitos callejeros fueron sin duda grandes difusores del tango, su presencia ambulante por los diferentes barrios fueron un atractivo que se ganó el cariño de la gente, que bailaba el tango al compás de la música de los organitos. En su libro, el Dr. Lázaro Wisnia nos cuenta que: “Los organitos callejeros difundieron el tango por los barrios, era muy común ver bailarlo en las calles, muchas veces entre hombres. Porque como hemos visto antes, en los comienzos el tango se bailaba, con frecuencia, entre hombres. No se atrevía la mujer a participar en esta danza, tenida por lúbrica y procaz. Nos referimos a mujeres en el concepto tradicional, de familias, honestas y decentes. Las “otras”, las pecaminosas, sí aparecen asociadas al tango desde sus primeros días. Pero, además, no había mujeres suficientes, solo una por 8 a 10 hombres”.

Dado lo anterior, y a falta de las tecnologías que dieron paso al gramófono y a los discos grabados —tampoco existía la radio—, la contribución de los organitos ambulantes fue significativa. De hecho los autores del tango los incluyeron en varios de sus títulos y letras. Entre los más conocidos podemos mencionar: “El Porteñito”, “Organito de la tarde”, “Ventanita de arrabal” y “El último organito”. Los primeros tangos de los organitos fueron “El otario”, “Nueve de Julio” y “La Morocha”.

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EL BANDONEÓN DE LA MANO DEL TANGO

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EL BANDONEÓN DE LA MANO DEL TANGO

En la foto: Músico argentino Osvaldo Piro, bandeonista (Orq. típica), durante su actuación en un festival. Año 1972.

El bandoneón y el tango van de la mano, sin duda alguna. Acá compartimos la apreciación de dos visiones: “Óscar Zucchi, historiador e investigador argentino, especializado en el tango y dentro de ese campo en el bandoneón, y autor de una gigantesca historia bandoneonística del tango, editada por la editorial argentina Corregidor, explica que, hasta su advenimiento, en la segunda década del siglo XX, los bandoneonistas tenían tendencia a remedar con el instrumento al organito ambulatorio y a la flauta, gradualmente desplazada de los primitivos cuartetos”.

Por su parte, Gustavo Varela, filósofo y músico, dice: “el bandoneón produce necesariamente una escucha tanguera. Lleva para un lado que tiene que ver con el tango. Pero es un enorme misterio que el bandoneón sea el instrumento del tango. Es complejo, caro, muy raro y difícil de tocar (tiene cuatro teclados). Pesa siete kilos: ¡Hay que tocarlo colgado! Inventado en Alemania, en el siglo XIX, efectivamente con él se llevaba música a las procesiones religiosas. Tiene un sonido de una profundidad y unos graves extraordinarios, permite un bajo continuo que predispone a la religiosidad. Me fascinaba escuchar a Ernesto Baffa tocando Bach con el bandoneón. Al parecer, llegó durante la Guerra del Paraguay, traído por José Santa Cruz, un negro que tocaba en los momentos en que descansaban de la batalla. Podría haber sido otro instrumento, podría haber sido el acordeón o piano que es más fácil y, sin embargo, para el tango quedó el bandoneón”. “El tango —insiste Varela— tiene algo excepcional: es un ritmo sin instrumentos rítmicos. El único instrumento percusivo es el piano, que es más bien melódico que percusivo. La mano izquierda toca la base rítmica. El primer tango, “El Entrerriano”, fue compuesto arriba de un piano. Su presencia motorizó al tango”.

El bandoneón le dio al tango el sello definitivo. Instrumento sentimental, pero dramático y profundo, a diferencia del sentimentalismo fácil y pintoresco del acordeón, terminaría por separarlos para siempre del firulete divertido -del tango reo y alegre- y de la herencia candombera.

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