GARDEL CANTA Y BAILA

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GARDEL CANTA Y BAILA

En la foto: Mona Maris y Carlos Gardel en la cinta “Cuesta abajo” (Paramount, 1934).

Algo destacado en el libro Conversemos de tango, es un capítulo relativo al baile, donde se narran interesantes aspectos de cómo se baila el tango y sus comienzos como danza popular. También, relacionado con el baile, el autor se refiere a las dotes de bailarín de Carlos Gardel. Cuenta en las páginas de su libro el Dr. Lázaro Wisnia:

“En este punto recordamos a Carlos Gardel, no precisamente por haber cantado “Bailarín compadrito”, el magistral tango de Miguel Bucino, sino por dos hechos que rescatan al Zorzal como bailarín, y que debemos recordar: Miguel Ángel Morena, en su libro Historia artística de Carlos Gardel, refiriéndose a las actuaciones del dúo Gardel-Razzano, en Chile, en 1917, dice lo siguiente: “El 5 de octubre, en el Teatro Olimpo de Viña del Mar, se presentan los cantores, compartiendo los programas con la tonadillera Roxana. Para hacer más interesante la velada del debut -como grato-, en 1917, en la presentación en el Teatro Colón de Valparaíso, Gardel además de cantar, más que nada temas folclóricos, cumplió con lo que rezaba el programa ese día: bailar un tango con la cantante Roxana. “Montevideo” de Roberto Firpo, fue la pieza escogida con la que Gardel demostró que, junto con poseer una muy afinada garganta, era también un ejecutante de un baile sensual, por esos años controvertido, que incluso había recibido la condena del Papa Pío X. Bailar el tango en público podría interpretarse como un regalo del cantante que nunca más repetiría, solo en la intimidad de grupos de amigos”.

Evidentemente Gardel bailaba el tango a la manera de donde se crió, recorriendo las calles del Abasto, con ese estilo arrabalero que baila el pueblo. Esto antes de que el baile del tango se “institucionalizara”, por decirlo de alguna manera. Recordemos que todos los bailes tradicionales tienen su versión popular y su versión oficial, como por ejemplo sucede en Chile con la cueca. Una versión no niega a la otra, obviamente, pero es claro que lo oficial siempre quiere trascender en el tiempo por sobre lo popular. En el caso del tango, además de las grandes coreografías que se pueden observar en coloridos espectáculos, el baile nacido con estilo arrabalero sigue ganando adeptos, porque el pueblo jamás olvida sus raíces, así como tampoco jamás las olvidó el inmortal Zorzal Criollo, que no solo cada día canta mejor, sino que también cada día baila mejor…

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EL TANGO Y LOS BARRIOS

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EL TANGO Y LOS BARRIOS

Buenos Aires. Mercado del Abasto en 1898 (Barrio de Balvarena)

Niños en un barrio de Buenos Aires a principio del siglo XX

La relación entre los barrios y el tango comienza desde el nacimiento de este. Son inseparables. El sentimiento de pertenencia en el espíritu rioplatense, expresado en el concepto de barrio, se aferra al tango con pasión. Son incontables los tangos que dan cuenta de esta relación. El tango viene de los arrabales, muchos de los cuales, con el paso de los años, darían vida a los barrios de Buenos Aires. De hecho los barrios, en la capital argentina, son parte de la división administrativa de la ciudad, teniendo cada uno de ellos una marcada identidad propia. Entre los más famosos, tenemos La Boca, San Telmo, Palermo, Recoleta, Boedo, Nueva Pompeya, etcétera.

Uno de los tangos más famosos, que nos habla de los barrios, es sin duda “Sur” de Manzi y Troilo, cuyas grabaciones más populares son las interpretadas por Edmundo Rivero y el “Polaco” Goyeneche, dos grandes versiones: “San Juan y Boedo antiguo y todo el cielo/ Pompeya y más allá la inundación./ Tu melena de novia en el recuerdo/ y tu nombre flotando en el adiós” (…) “Sur…/ paredón y después./ Sur…/ una luz de almacén./ ya nunca me verás cómo me vieras/ recostado en la vidriera/ esperándote” (…) “Las calles y las lunas suburbanas/ y mi amor en tu ventana:/ todo ha muerto, ya lo sé”. Tampoco podemos dejar de mencionar “Melodía de arrabal”, que compusieran Gardel, Le Pera y Battistella, donde encontramos algunos de los más bellos versos sobre los barrios: “Barrio plateado por la luna/ rumores de milonga/ es toda tu fortuna;/ hay un fuelle que rezonga/ en la cortada mistonga” (…) “Barrio, barrio,/ que tenés el alma inquieta/ de un gorrión sentimental”. Otro tango que alcanzó notoria fama, compuesto por Blomberg y Maciel e interpretado por Alberto Castillo, se titula “La que murió en París”, inspirado en Margarita Gautier, la heroína de Alejandro Dumas hijo, en su novela La dama de las camelias: “Yo sé que aún te acuerdas del barrio perdido,/ de aquel Buenos Aires que nos vio partir./ En tus labios fríos aún tiemblan los tangos/ que en París cantabas antes de morir”.

Algunos especialistas afirman que el tango tiene que tener tres ingredientes insustituibles: “melancolía, amor y barrio”. Lo que no deja de ser cierto. Algunos barrios con tangos propios son: Flores, con el tango “San José de Flores” de Armando Acquarone y Enrique Gaudino. Caballito, con un tango homónimo compuesto por Adolfo Avilés. Y así suma y sigue, “Bajo Belgrano”, “A media luz”, “Sangre Maleva” y tantos otros.

Sin duda el barrio es fundamental en la vida, quizás nuestra primera identidad territorial. Escribió Homero Expósito en el tango “Viejo barrio poligrillo”: En el barrio que nací/ todo tiene más color…/ En el barrio que crecí/ siempre el tango sigue/ en flor./ Es la única verdad/ que no sabe de maldad/ porque tiene la madera/ silenciosa y duradera/ que cultiva la amistad…”.

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