EL TANGO EN EL VATICANO, ¿MITO O REALIDAD?

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EL TANGO EN EL VATICANO, ¿MITO O REALIDAD?

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Existe una historia, o leyenda, que el primero de febrero de 1924, por iniciativa del entonces embajador argentino ante el Vaticano, don García Mansilla —muy preocupado en disipar el sayo de la inmoralidad del tango y su prohibición eclesiástica—, de que el famoso bailarín Casimiro Aín bailó ante el Papa Pío XI, y otros altos dignatarios, el tango “Ave María”, de Francisco y Juan Canaro. Su pareja habría sido la bibliotecaria de la embajada, una señorita de apellido Scotto, acompañados por la música de un “armonio”. El tango elegido, muy livianito, recibió la aprobación del Papa. Esto lo cuenta y lo afirma Aín en un reportaje que se le realizó a su regreso de Italia. Pero el musicólogo Enrique Cámara, catedrático de la Universidad de Valladolid, con muchos años de residencia en Italia, recorrió la hemeroteca del Vaticano, en especial su diario L’Osservatore Romano, y no encontró nada al respecto.

Por su parte, el novelista y diplomático, Abel Parentini Posse, menciona con picardía tal suceso: “El Lecherito [un apodo del bailarín] fue recibido por un capitán de la Guardia Suiza y conducido por dos monseñores hacia la biblioteca. Seguramente sintió en ese momento todo el horror en que lo habían metido” (…) “No es difícil imaginar que, al vestirse de malevo, a esa hora de la mañana y para presentarse ante el Santo Padre, de acuerdo con su esquema de referencias, le debe haber parecido tan duro como comparecer ante el comisario de la 1ª con los bolsillos atiborrados de anotaciones de quiniela. Debió sentir que todo aquello era como la antesala del infierno, por lo menos del purgatorio” (…) “Del vestuario pasó a la sala donde el Santo Padre estaba rodeado de dignatarios de uniforme y jaquette. No se había invitado señoras, por las dudas. Se puede imaginar que García Mansilla le hizo un guiño porteño de complicidad para animarlo en aquel atroz trance”.

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GARDEL CANTA Y BAILA

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GARDEL CANTA Y BAILA

En la foto: Mona Maris y Carlos Gardel en la cinta “Cuesta abajo” (Paramount, 1934).

Algo destacado en el libro Conversemos de tango, es un capítulo relativo al baile, donde se narran interesantes aspectos de cómo se baila el tango y sus comienzos como danza popular. También, relacionado con el baile, el autor se refiere a las dotes de bailarín de Carlos Gardel. Cuenta en las páginas de su libro el Dr. Lázaro Wisnia:

“En este punto recordamos a Carlos Gardel, no precisamente por haber cantado “Bailarín compadrito”, el magistral tango de Miguel Bucino, sino por dos hechos que rescatan al Zorzal como bailarín, y que debemos recordar: Miguel Ángel Morena, en su libro Historia artística de Carlos Gardel, refiriéndose a las actuaciones del dúo Gardel-Razzano, en Chile, en 1917, dice lo siguiente: “El 5 de octubre, en el Teatro Olimpo de Viña del Mar, se presentan los cantores, compartiendo los programas con la tonadillera Roxana. Para hacer más interesante la velada del debut -como grato-, en 1917, en la presentación en el Teatro Colón de Valparaíso, Gardel además de cantar, más que nada temas folclóricos, cumplió con lo que rezaba el programa ese día: bailar un tango con la cantante Roxana. “Montevideo” de Roberto Firpo, fue la pieza escogida con la que Gardel demostró que, junto con poseer una muy afinada garganta, era también un ejecutante de un baile sensual, por esos años controvertido, que incluso había recibido la condena del Papa Pío X. Bailar el tango en público podría interpretarse como un regalo del cantante que nunca más repetiría, solo en la intimidad de grupos de amigos”.

Evidentemente Gardel bailaba el tango a la manera de donde se crió, recorriendo las calles del Abasto, con ese estilo arrabalero que baila el pueblo. Esto antes de que el baile del tango se “institucionalizara”, por decirlo de alguna manera. Recordemos que todos los bailes tradicionales tienen su versión popular y su versión oficial, como por ejemplo sucede en Chile con la cueca. Una versión no niega a la otra, obviamente, pero es claro que lo oficial siempre quiere trascender en el tiempo por sobre lo popular. En el caso del tango, además de las grandes coreografías que se pueden observar en coloridos espectáculos, el baile nacido con estilo arrabalero sigue ganando adeptos, porque el pueblo jamás olvida sus raíces, así como tampoco jamás las olvidó el inmortal Zorzal Criollo, que no solo cada día canta mejor, sino que también cada día baila mejor…

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