BAILANDO EL TANGO…

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BAILANDO EL TANGO...

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El tango puede ser bailado de muchas maneras, desde el estilo arrabalero hasta los estilos de salón y competencia. ¿Qué nos dice el libro Conversemos de tango? Nos cuenta que: “Se dice que bailar tango es como “caminar haciendo firuletes”. Esta definición ilustra el espíritu del baile sin demasiada teoría, bailar tango es caminar dibujando, acariciando el piso. Las posibilidades coreográficas que posee el baile del tango son infinitas, y en contraposición el tango es la danza de la improvisación por excelencia, constituyendo un espectáculo de una enorme belleza”.

Luego agrega que “El tango tiene a la pareja como unidad básica e indivisible. La mujer seduce (y se luce) y el hombre conduce. Es el hombre el que, a través de su abrazo, contiene a la mujer, la dama se desenvuelve en todo el baile bajo el amparo del mismo. La actitud de entrega de la mujer deja entrever que el que manda es el hombre, él decide los movimientos, las velocidades, los momentos. Sin embargo, la tarea de la mujer no pierde importancia: ella debe acompañar en todo momento la propuesta del hombre e interpretarlo en un juego de seducción donde la fragilidad y delicadeza de su desempeño tienen un papel preponderante. Esta relación es la base del tango”.

Hoy el tango se baila en todo el mundo, donde en cada lugar se le pone de su propia cosecha, aunque sin perder el sentido y ritmo original.

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LA HISTORIA DEL TANGO A SU ALCANCE

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LA HISTORIA DEL TANGO A SU ALCANCE

Conversemos de tango, un libro que todo amante del tango debe tener.

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LOS ORGANITOS CALLEJEROS

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LOS ORGANITOS CALLEJEROS

14 octubre_lázaro wisnia

Los organitos callejeros fueron sin duda grandes difusores del tango, su presencia ambulante por los diferentes barrios fueron un atractivo que se ganó el cariño de la gente, que bailaba el tango al compás de la música de los organitos. En su libro, el Dr. Lázaro Wisnia nos cuenta que: “Los organitos callejeros difundieron el tango por los barrios, era muy común ver bailarlo en las calles, muchas veces entre hombres. Porque como hemos visto antes, en los comienzos el tango se bailaba, con frecuencia, entre hombres. No se atrevía la mujer a participar en esta danza, tenida por lúbrica y procaz. Nos referimos a mujeres en el concepto tradicional, de familias, honestas y decentes. Las “otras”, las pecaminosas, sí aparecen asociadas al tango desde sus primeros días. Pero, además, no había mujeres suficientes, solo una por 8 a 10 hombres”.

Dado lo anterior, y a falta de las tecnologías que dieron paso al gramófono y a los discos grabados —tampoco existía la radio—, la contribución de los organitos ambulantes fue significativa. De hecho los autores del tango los incluyeron en varios de sus títulos y letras. Entre los más conocidos podemos mencionar: “El Porteñito”, “Organito de la tarde”, “Ventanita de arrabal” y “El último organito”. Los primeros tangos de los organitos fueron “El otario”, “Nueve de Julio” y “La Morocha”.

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TANGO CANYENGUE

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TANGO CANYENGUE

En la foto: personas bailando en las primeras milongas.

“Tango de la guardia vieja/ Compadrón y sensiblero,/ El del compás milonguero/ Que reinó en el tiempo aquel./ Tango de la guardia vieja/ Tango guapo y melodioso,/ El del Canyengue canoso/ Tango viejo del ayer”.

El canyengue es por definición una manera de bailar el tango, opuesta al baile de salón, cuyas raíces se remontan a los arrabales. Una característica es la sensualidad de sus movimientos y seducción con intenciones sexuales marcadas, como cuando se bailaba en los prostíbulos. Canyengue es una expresión popular, de origen africano, que deriva de las palabras “candombe” y “yongo”, pronunciada primero como canyongo y después canyengue. También tenemos el “caminar canyengue”, caracterizado por su sinuosidad arrabalera.  El baile canyengue: “pasó a ser allá por el 1900, un baile sensual y picaresco, con movimientos cortados y marcados. Sus compases eran 4×8, pero con el paso del tiempo las partituras se fueron puliendo hasta llegar al tango actual de 2×4”.

Si bien el baile evolucionó, muchos aún lo bailan a la manera antigua, con todas sus características iniciales. Se trata pues, del estilo más antiguo del baile del tango, y una de sus bellezas es el estilo inicial. Por ejemplo, los bailarines se abrazan de costado, inclinándose en un movimiento íntimo. Pero más que hablar del tango canyengue, debemos bailarlo. Sin duda.  

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GARDEL CANTA Y BAILA

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GARDEL CANTA Y BAILA

En la foto: Mona Maris y Carlos Gardel en la cinta “Cuesta abajo” (Paramount, 1934).

Algo destacado en el libro Conversemos de tango, es un capítulo relativo al baile, donde se narran interesantes aspectos de cómo se baila el tango y sus comienzos como danza popular. También, relacionado con el baile, el autor se refiere a las dotes de bailarín de Carlos Gardel. Cuenta en las páginas de su libro el Dr. Lázaro Wisnia:

“En este punto recordamos a Carlos Gardel, no precisamente por haber cantado “Bailarín compadrito”, el magistral tango de Miguel Bucino, sino por dos hechos que rescatan al Zorzal como bailarín, y que debemos recordar: Miguel Ángel Morena, en su libro Historia artística de Carlos Gardel, refiriéndose a las actuaciones del dúo Gardel-Razzano, en Chile, en 1917, dice lo siguiente: “El 5 de octubre, en el Teatro Olimpo de Viña del Mar, se presentan los cantores, compartiendo los programas con la tonadillera Roxana. Para hacer más interesante la velada del debut -como grato-, en 1917, en la presentación en el Teatro Colón de Valparaíso, Gardel además de cantar, más que nada temas folclóricos, cumplió con lo que rezaba el programa ese día: bailar un tango con la cantante Roxana. “Montevideo” de Roberto Firpo, fue la pieza escogida con la que Gardel demostró que, junto con poseer una muy afinada garganta, era también un ejecutante de un baile sensual, por esos años controvertido, que incluso había recibido la condena del Papa Pío X. Bailar el tango en público podría interpretarse como un regalo del cantante que nunca más repetiría, solo en la intimidad de grupos de amigos”.

Evidentemente Gardel bailaba el tango a la manera de donde se crió, recorriendo las calles del Abasto, con ese estilo arrabalero que baila el pueblo. Esto antes de que el baile del tango se “institucionalizara”, por decirlo de alguna manera. Recordemos que todos los bailes tradicionales tienen su versión popular y su versión oficial, como por ejemplo sucede en Chile con la cueca. Una versión no niega a la otra, obviamente, pero es claro que lo oficial siempre quiere trascender en el tiempo por sobre lo popular. En el caso del tango, además de las grandes coreografías que se pueden observar en coloridos espectáculos, el baile nacido con estilo arrabalero sigue ganando adeptos, porque el pueblo jamás olvida sus raíces, así como tampoco jamás las olvidó el inmortal Zorzal Criollo, que no solo cada día canta mejor, sino que también cada día baila mejor…

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CARLOS GARDEL, 85 AÑOS NO ES NADA…

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CARLOS GARDEL, 85 AÑOS NO ES NADA…

Hace 85 años, un 24 de junio de 1935, falleció en Medellín, Colombia, Carlos Gardel, conocido como el Morocho del Abasto y también como el Zorzal Criollo, el cantante más famoso del mundo de acuerdo a los entendidos y el público general. Incluso se podría decir que Gardel, guardando los contextos, es un ícono mundial para la cultura global, como Valentino, el Che, Ghandi, Cristo, Chaplín o Buda. Frank Sinatra, otro cantante de fama mundial, cuando visitó Buenos Aires en 1981, para cantar en el legendario Luna Park, le dedicó un ritual durante una visita al Mercado de Abasto, incluida la frase: “Thanks for helping me to live, Mister Gardel”. Pero esa historia merece una nota aparte.

Carlos Gardel fue sin duda un personaje trágico, en el sentido en que los griegos entendían este concepto, lleno de alegorías y donde el destino estaba marcado desde la primera luz. Gardel muere joven, a los 45 años, en la cúspide su fama. Había conquistado toda Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, quedándole muy poco que lograr en ese sentido. Su fama trascendía los idiomas y culturas. Pero llegaría el día inevitable, tejido por la Moira, que trágicamente lo elevaría al panteón de los elegidos, aquellos a los que el tiempo no mata ni olvida, si no que los transforma en monumentos imperecederos. Y así, cada año que pasa pareciera que Gardel jamás se marchó. Sigue vivo y cada día cantando mejor.

Su voz inigualable, su garbo y prestancia lo hacían único. Hoy, incluso en culturas e idiosincrasias tan diferentes a la ríoplatense, como la japonesa por ejemplo, el tango y Gardel suman admiradores. Gardel falleció en tierras lejanas, pero siempre regresa a su Buenos Aires querido: “Mi Buenos Aires querido,/ cuando yo te vuelva a ver,/ no habrá más penas ni olvidos”. Y así ha sido desde 1935 a la fecha, Carlos Gardel siempre regresa cada 24 de junio para seguir cantando “sin penas ni olvidos”.

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El tango y la hípica

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El tango y la hípica

En la foto Gardel y Leguisamo en el Hipódromo de Palermo en Buenos Aires.

Tango e hípica han tenido un romance que permanece en el tiempo. De hecho uno de los tangos más famosos, “Por una cabeza” (Gardel y Le Pera), alude a esto: “Por una cabeza, de un noble potrillo/ Que justo en la raya, afloja al llegar/ Y que al regresar, parece decir/ No olvides, hermano/ Vos sabes, no hay que jugar” (…) Cuántos desengaños, por una cabeza/ Yo juré mil veces no vuelvo a insistir/ Pero si un mirar me hiere al pasar/ Su boca de fuego/ Otra vez quiero besar.”. En la letra (o poema) se va haciendo una analogía entre la pérdida del amor de una mujer y la pérdida en un juego de azar, como también podríamos definir a la hípica.

Carlos Gardel fue un hípico entusiasta y forjó amistad con el famoso jinete uruguayo Irineo Leguisamo, que le corría su caballo “Lunático”. En 1925 Gardel grabó el tango de Modesto Papavero, “Leguisamo solo”, que muchos creen erróneamente que su composición pertenece a Gardel y Le Pera, como se lee en algunas publicaciones. En él se resaltan las condiciones del jockey, apodado “El Pulpo”, que lo llevaron a ser famoso en todo el continente: “Alzan las cintas; parten los tungos/ Como saetas al viento veloz…/ Detrás va el Pulpo, alta la testa/ La mano experta y el ojo avizor./ Siguen corriendo; doblan el codo,/ Ya se acomoda, ya entra en acción…/ Es el maestro el que se arrima/ Y explota un grito ensordecedor./ Leguisamo solo!…/ Gritan los nenes de la popular./ Leguisamo solo!…/ Fuerte repiten los de la oficial…”.

Otro tango de antología es “Palermo”, homónimo del famoso hipódromo y compuesto en 1929 por Juan Villalba y Hermido Braga con música de Enrique Delfino. Narra la desdicha de un jugador y la miseria a la que pueden conducir las carreras de caballos cuando se transforman en un vicio: “¡Maldito seas, Palermo!/ Me tenés seco y enfermo,/ mal vestido y sin morfar,/ porque el vento los domingos/ me patino con los pingos/ en el Hache Nacional./ Pa’ buscar al que no pierde/ me atraganto con la Verde/ y me estudio el pedigré/ y a pesar de la cartilla/ largo yo en la ventanilla/ todo el laburo del mes”. (…) “Palermo, cuna de reos,/ por tu culpa ando sin cobre,/ sin honor ni dignidad;/ soy manguero y caradura,/ paso siempre mishiadura/ por tu raza caballar./ Me arrastra más la perrera,/ más me tira una carrera/ que una hermosa mujer./ Como una boca pintada/ me engrupe la colorada/ cual si fuera su mishé”.

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Conversemos de tango, una obra esencial

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Conversemos de tango, una obra esencial

Lo puedes encontrar en sus dos versiones: impreso y digital

Lázaro Wisnia Gurovich, autor

Una de las características del libro Conversemos de tango, del Dr. Lázaro Wisnia Gurovich, es la cantidad de información sobre el tango en una sola obra, en este caso dividida en tres tomos con la información muy bien distribuida. Se trata de un compendio elaborado minuciosamente y con un sentido de conversatorio, donde el lector puede ir dialogando con el autor. Y tiene la novedad de los QR Iconos, códigos con los cuales se puede acceder a la música. Conversemos de tango hace un recorrido desde la prehistoria del tango hasta la evolución más moderna de este. Pasando por los grandes autores, cantantes, músicos, bailarines, orquestas y sus directores, todo dentro del contexto social de cada época. Nada escapa al autor, todo es captado en su escritura y puesto a disposición del público. En palabras del propio autor: “El tango es vida y pasión, entusiasmo. No le pertenece a nadie y a la vez nos pertenece a todos aquellos que nos dejamos envolver por su encanto y creatividad. Así, el tango es de todos nosotros, y algunos sabemos más y otros menos. No es el propósito establecer jerarquías, sino más bien para conversar sobre un tema que nos apasiona a todos. En ese espíritu mutuo entre el lector(a) y el autor, está escrito este libro”.

CONTENIDO DE LA OBRA

Volumen I

  1. Los orígenes (ca 1860 – 1897). La prehistoria del tango o la era del Prototango
  2. Guardia Vieja (ca 1897 – 1917). La adolescencia del tango

Volumen II

III. Guardia Nueva (ca 1917 – 1935). La madurez del tango

  1. Carlos Gardel. Su vida y su obra
  2. La Época de Oro del tango argentino (ca 1935 – 1955)
  3. Tango y realidad. La política nacional, las dictaduras argentinas. Los tangos prohibidos

VII. Los últimos 60 años (ca 1955 a la fecha). Decaimiento y resurgimiento. El tango nuevo

VIII. Epílogo: Una mirada al horizonte / Tango: “Confieso que he vivido”

Volumen III

  1. Letras de tango. Historia y anecdotario
  2. Breve diccionario. Lunfardo y afines, gaucho y cocoliche

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